Esto es lo que siempre decia mi madre a lo de la ''matanza''.
La verdad es que todo lo que se hace viene bien a lo largo del año. Y ni que decir tiene que los chorizos y morcillas que hacemos en casa son inigualables.
Hace años que no matamos cerdos. Nunca me gustó ese rito. Bueno mas que no gustarme para mi el dia de la matanza significaba un verdadero trauma. A veces me ponia enferma...
Cuando dejé de tener la ayuda materna, que era la que me lo dirigía todo, decidí dejar de sacrificar el cerdo, comprar la carne en el matadero y elaborar los chorizos en casa.
Sigue siendo un dia de unión, de sabores y vivencias de las de antes; La bota de vino, el caldero en la lumbre, el típico mandil, las pruevas, los dulces...
Un dia en el que se junta la generación de las mayores y disfrutan recordando sus tiempos y ¡como no! acordándose de los que uno a uno, se nos van marchando.
Este año hemos tenido la ayuda de nuestro hijo Manuel,con sudadera verde, y su amigo Dani. Las nuevas generaciones, aunque con ideologías punkis, se ponen las pilas en las tradiciones.
Todos disfrutamos, aunque a Manuel le llamaron del hospital esa misma tarde para operarse de la rodilla, algo que estaba programado y que accidentalmente, coincidió con la elaboración de nuestra matanza.
Tal como dice Maria Jose, una compañera de blog con la que sin conocernos aún descubrimos dia a dia que tenemos vidas muy paralelas, en la vida hay que saber hacer casi de todo. Nunca hemos de renunciar a lo que nuestros antepasados les servia de superveniencia para un largo año. Para ellos la matanza era indispensable. Para nosotros no lo es hasta ese extremo, pero productos como los que se elaboran ese dia, con ese cariño ese apego y esmero.... No se hacen a diario.
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