miércoles, 11 de noviembre de 2009

El Valle del Alagon


Podemos decir que el agua es la principal riqueza de la Comarca del Valle del Alagón, tanto a nivel paisajístico, por los espectaculares enclaves a los que da lugar (Los Canchos de Ramiro, el Pantano de Santa María o Portaje, los parajes que deja a sus márgenes el Alagón a lo largo y ancho de su cuenca), como biológico (flora y fauna autóctona).
Las posibilidades de disfrute para el viajero de esta tierra se alargan durante todo el año. El clima es suave en invierno y el verano es largo y cálido. Es en los periodos de  otoño y primavera donde los paisajes de dehesa, monte y olivar ofrecen mejores posibilidades de contemplación y disfrute.
La niebla baja entre encinas al amanecer dando paso a un sol radiante, en un cielo limpio, de un azul eléctrico y horizontes perfilados. La primavera es un baño de color: en la dehesa se trasforma el homogéneo verdor del matorral en amarillos, blancos, lilas, rojos… El regadío se peina en surcos y, en el monte más abrupto y en el río, las aves comienzan sus periodo de nidificación.  
El del Alagón es un valle abierto, largo, fértil. De diverso y cambiante paisaje, plagado de viejos asentamientos y de nuevos poblados de colonización, de sabrosos productos de huerta y de  lo mas auténtico de la revalorizada dehesa. Su gente es amable, festiva y laboriosa, con fuertes señas de identidad local: lo demuestran sus tradiciones, la originalidad y  vitalidad de su artesanía, su fiestas…
El río Alagón de Noreste a Sudoeste, discurre primero encajado, amplio y humanizado en la parte meridional y finalmente con un violento contraste de pendientes al momento de unirse con su afluente el Árrago, antes de diluirse en el Tajo.
El Río es la seña de identidad de la comarca. El agua aparece unas veces mansa, accesible para los deportes náuticos y la pesca, especialmente en los embalses de Valdeobispo y Portaje (en Ribera Fresnedosa) o en el paso por Coria ; otras reservadas a ecosistema: cigüeña negra, buitres, águilas, milanos, corzos, jabalíes, liebres, zorros…
A destacar son los pueblos de colonización, pedanías de otros más antiguos: horizontales y de un blanco rotundo sobre el verde entorno, cogiendo casi siempre las denominaciones de los usos o fincas en las que se asentaron: El Batán, Valdencín, Valrío, Alagón del Rio (ya independiente), o los pertenecientes a Coria: La puebla de Argeme (advocación de la patrona) y El Rincón del Obispo.
Sobre la antigüedad del poblamiento de la comarca, son testigos los numerosos yacimientos arqueológicos, el trazado de la Calzada de Dalmacia y la riqueza patrimonial de Coria y Galisteo especialmente. La primera con su muralla tardorromana y una de las diócesis más antiguas de la península. La segunda, siendo uno de los restos del Paleolítico con mayor antigüedad y poseedora de una original muralla almohade de cantos rodados.
Puentes y aceñas, abundantes a lo largo del curso del río Alagón. El castillo de Marmionda, fortaleza en Portezuelo, puerta de entrada a la comarca y uno de sus miradores más bellos.
  Desde el punto de vista del Patrimonio Cultural, sin duda alguna la localidad que acapara una mayor riqueza dentro del Patrimonio Histórico-Artístico de la Comarca del Valle del Alagón es la Ciudad de Coria, declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico. A ella se unen, por la riqueza de algunos de sus monumentos: Galisteo con su Muralla Almohade, Portezuelo con su Castillo de origen Árabe, Montehermoso por su legado Prehistórico Dolménico, así como el resto de poblaciones nutridas de Iglesias, como Riolobos con su Parroquia Sta. Catalina de Alejandria. Ermitas y su rancia Arquitectura Popular.

Todo esto se puede visitar comodamente desde nuestra casa rural Abuela Maxi. Con nosotros conoceras las sorpresas del valle, el agua y la dehesa...