La campaña de recogida del tabaco, al fin, llegó a su fin. Los secaderos están llenos y ahora a gradear la tierra para matar las malas hierbas y que descanse hasta la próxima cosecha, que será, como siempre, otra nueva aventura.
Ha sido un trabajo largo pero tranquilo, con buen ambiente, buena gente, y por suerte, ningún accidente laboral tan típico de estos duros trabajos, con prisas y cansancio.
Hasta el barril del agua ha sobrevivido a la campaña. Tan solo el asa se rompió creo que la primera semana, pero el botijo, imprescindible y muy solicitado en las ardientes tardes, ha escapado de las tremendas ruedas de los tractores.
De lo que no nos hemos librado es de alguna que otra multa de trafico. Son muchos aperos, difícil y costoso que todo esté en regla. ¡¡¡Pero no queda otra!! Habrá que hacerlo todo como las normativas indican....
Terminamos con una merecida parrillada en la casita de la finca. Mis chicos, ''Los valientes Espartanos'' como ellos se denominaban, bien se lo merecían.
Han sido muchas plantas cortadas, clavadas, cargadas, colgadas.... Dias y dias de sudor y cansancio, aunque la juventud está capacitada para convertir los esfuerzos en risas y bromas.
Ahora a esperar, que se seque y luego empezar la campaña del deshoje. Fria, porque es en invierno, pero mucho más tranquila. Iremos viendo.
La noche por cierto, nos ha regalado algo de lluvia ¡¡Tan necesaria!!
